Hoy me hago eco, de la noticia que ha sido y a la vez no ha sido noticia en las últimas semanas. La boda de Marta Ortega hija del dueño y señor del imperio INDITEX, grupo al que pertenecen tiendas como Zara, Massimo Dutti o Berschka entre otras, ha sido a ojos de los críticos un total acierto.
La boda tuvo lugar en la más absoluta intimidad, no se publicito, no se dieron detalles, no se dio a conocer casi ningún dato a priori y por supuesto no hubo exclusiva. Lógicamente, los protagonistas no necesitaban ningún dinero de exclusivas, que de todos modos, sería considerado calderilla por la heredera de uno de los imperios más grandes y exitosos del mundo.
Digo, que fue un acierto a ojos de la prensa, pues no se ha oído comentario alguno al respecto, que pudiese ser considerado como una crítica. El enlace tuvo lugar en Galicia, de donde procede la novia y su familia, la vajilla utilizada pertenece a una de las colecciones de Zara Home, los manteles fueron hechos a mano por mujeres de Camariñas; artesanas muy conocidas por usar la tecnica de los “bolillos”, el traje del novio diseñado por Massimo Dutti y el de la novia por los profesionales de Zara. Los caldos servidos en el enlace, fueron parte también de los vinos de la tierra, al igual que el menú estuvo basado en productos típicos del norte, eso sí, de la mejor calidad.
Por lo que se pudo ver no hubo lugar alguno para la estridencia o exageración, que suelen venir acompañadas de este tipo de enlaces. Y digo por lo que se pudo ver, que no fue mucho…
El viaje de luna de miel fue a Australia y Camboya, eso sí, barato, barato no fue. Los recién casados cogieron un avión privado del empresario gallego para volar hasta Camboya. Marta y Sergio se hospedaron en Amansara, un selecto resort de 24 suites situado a tan solo 10 minutos de los templos de Angkor. Considerado uno de los alojamientos más exclusivos del lugar, los jóvenes escogieron una de sus suites, donde dispusieron de todas las comodidades: zona de día y de noche, amplio vestidor, un jardín con comedor al aire libre y una piscina privada de 30 metros cuadrados. Todo ello por un total de 1.000 euros la noche.
Después de su relajante estancia en Camboya, volaron de nuevo con su avión privado, hasta Sidney, donde se hospedaron en la suite presidencial del Four Seasons, situada en la planta 34 de este. Se trata del hotel más lujoso de la ciudad y la habitación que ocuparon cuenta con 156 metros cuadrados repartidos en dos ambientes diferentes. Lujo de cinco estrellas para la heredera de Inditex y su marido.
Flickr @Berto Garcia